Los términos audiencia y comunidad están relacionados e incluso a veces pueden parecer lo mismo, pero nada más lejos de la realidad.
Pensemos en una audiencia viendo una obra de teatro. Las personas aplauden, ríen y lloran por el contenido que se les está ofreciendo, pero no son parte del espectáculo. Quizás opinen que la obra necesita un cambio en el argumento o en la resolución final, pero por mucho que quieran, el guion no cambiará por ellos. En resumen, el público o audiencia puede tener una opinión propia sobre el producto, pero esta nunca entrará en el diálogo.
Pensemos ahora en el concepto de comunidad como si se tratase de un pueblecito de pocos habitantes. Dentro de esa comunidad, cada uno de los individuos desempeña un papel (el médico, el cura, el alcalde) y su opinión debe tomarse en cuenta para que la comunidad sea completamente funcional.
Básicamente, para que una comunidad sea una comunidad, quienes la conforman deben tener un interés común que les haga conectar entre sí. Además, deben tener un lugar para reunirse y compartir opiniones.
Comunidad vs. audiencia, diferentes contenidos
Lógicamente, al tener dinámicas distintas, el contenido que creemos para la audiencia no será el mismo que el de la comunidad y viceversa.
Si nos enfocamos en llegar a nuestra audiencia, necesitamos darle contenido de valor que alimente el ciclo natural de las redes sociales. Esto es lo que ya conocemos: publicas algo, a la gente le gusta, lo comparte, ganas seguidores que se pueden convertir en clientes y el ciclo sigue. Plataformas como TikTok, Instagram o Facebook son herramientas perfectas en las que crear contenido para la audiencia.

Cuando hablamos de comunidad todo es más complejo. El contenido debe estar basado en el engagement y en las conexiones emocionales. De hecho, se suele decir que la comunidad elige a la marca y no al revés. Lo bueno es que los miembros de la comunidad en general suelen ser leales y hacen publicidad prácticamente a coste cero.
Un ejemplo de comunidad con mayúsculas es lo que hace el fabricante de teléfonos móviles Xiaomi desde hace años con sus «Mi Fans». A grandes rasgos, lo que hace Xiaomi es darle un espacio a las personas que conforman la comunidad (foros, redes sociales, eventos presenciales) para hablar de los productos y toma en cuenta sus opiniones cuando lanza un teléfono nuevo. Esto alimenta ese sentimiento de pertenencia inherente a la comunidad que le reporta beneficios a la marca de forma automática.
¿Qué nos interesa cuidar más?
Lo primero que debemos tener claro es que para poder tener una comunidad antes debes tener audiencia, pero no necesariamente por tener audiencia tendrás una comunidad. Si bien crear comunidad en redes sociales es uno de los mayores objetivos a los que puede aspirar una marca, no todas necesitan una para crecer.
Audiencia y comunidad son públicos muy diferentes y la clave es saber realmente cuál de las dos nos interesa y generar estrategias basándose en ello.
Hay marcas que por su propia naturaleza no tiene sentido alguno que creen comunidad. Para poner un ejemplo muy extremo, pero realista, no es muy viable la idea de que una compañía funeraria cree una comunidad; por muy buena estrategia de marketing digital tenga. En ese caso, lo que interesa es tener cuánta más audiencia mejor. ¿Para qué? Pues para estar bien posicionada y que el mayor número de gente le conozca y contrate su servicios.
En resumen, audiencia y comunidad son públicos muy diferentes y la clave es saber realmente cuál de las dos nos interesa y generar estrategias basándose en ello. Si necesitas ayuda para identificar tus necesidades en este aspecto o con cualquier tema relacionado con tu estrategia de marketing digital, no dudes en contactarnos.